Gran número de modelos tienen carácter permanente y sirven de base y punto de partida para otros conceptos y juicios. Constituyen los estereotipos, un modo clásico de analizar las cosas y de describirlos. Son supuestos lógicos que se aceptan como válidos en si mismos. Sin embargo, el pensamiento lateral prescinde de la validez de todos los supuestos y tienen como misión proceder a su reestructuración. La aceptación general de que una idea sea correcta no garantiza su corrección.

Es la continuidad histórica (historicismo) lo que mantiene la mayor parte de los supuestos, no una periódica revisión de su validez.

En la solución de problemas se presuponen siempre ciertos límites, los cuales facilita la solución al reducir el área que requiere exploración. Si luego el problema se soluciona con medios exteriores al área previamente delimitada, hay una inmediata protesta con acusaciones de truco. Y sin embargo ciertos límites son a menudo imaginarios: se establecen sólo por razones de simplificación y si se fijan erróneamente la solución se hace imposible.

Desde luego sería imposible revisar la validez de todos los supuestos en que fundamentamos nuestra vida cotidiana. Es imprescindible aceptar como válidos la inmensa mayoría de los supuestos en que basamos nuestras decisiones y juicios, nuestros actos y actitudes.

A veces resulta útil ver el mundo a través de un par de lentes nuevos que permita ver las cosas de un modo diferente. Sin darnos cuenta, tendemos a crear barreras mentales donde realmente no existen y a ponernos visores que nos ocultan la realidad total. Para evitarlo, es necesario examinar la manera antigua de hacer las cosas, nuestros hábitos, nuestras suposiciones y las creencias en las que se basan nuestras acciones.

El siguiente ejercicio nos ilustra muy bien el factor restrictivo de los supuestos.

Se trata de nueve puntos distribuidos como muestra la figura (ver figura 1).

El problema consiste en unir esos nueve puntos mediante el trazado de sólo 4 rectas, pero sin levantar el lápiz del papel.

Al principio parece fácil y se intenta unir los puntos de diferentes maneras, luego se ve que siempre queda algún puntop marginado.

El problema parece imposible de resolver.

Respuesta:

El factor que bloquea la solución es que las líneas rectas han de unir los puntos sin exceder los límites de los propios puntos, si se supera este supuesto superando los límites artificiales, el problema presenta una fácil solución (ver figura 2).

La tendencia natural al tratar de resolver este rompecabezas es buscar la respuesta dentro de los límites del cuadrado formado por los 9 puntos. No obstante, la única forma de encontrar la solución es extendiendo las líneas más allá de los límites de los puntos. La resistencia a dibujar las líneas más allá de los 9 puntos es una limitación autoimpuesta y un ejemplo de los supuestos y creencias que dirigen y limitan nuestro razonamiento. Es imposible habituarse a pensar más allá de los 9 puntos sin hacer un esfuerzo consciente por abandonar ese patrón.

Los individuos, los departamentos, las divisiones y las empresas tienden a crearse limitaciones imaginarias en cuanto a la manera de pensar. A menudo los individuos actúan de acuerdo con patrones arraigados porque, “Siempre se hizo así”, o bien, mantienen creencias autolimitantes, como por ejemplo “Es imposible luchar contra la burocracia”. Las empresas limitan su eficacia suponiendo que ciertos elementos culturales, como la competencia interna, las jerarquías y los controles rígidos y la comunicación a través de la cadena de mando son la única manera de funcionar y son inmutables.

Nuestro ambiente actual de cambio radical y fundamental exige que, tanto individuos como empresas, nos volvamos más flexibles e innovadores.

Ir más allá de los 9 puntos es indispensable. El primer paso para lograrlo es aumentar la conciencia, es decir, nuestra percepción de la frecuencia con que operamos dentro de los 9 puntos. Luego, cada vez que nos enfrentemos a un problema o a una decisión, tenemos que detenernos y buscar posibles soluciones fuera de los 9 puntos.

El razonamiento fuera de los 9 puntos puede producir una creatividad increíble.

En muchas ocaciones nos cuesta aceptar las propuestas de cambio, nos mostramos reacios a implementar cambios en nuestras tareas.

La experiencia nos demuestra un punto crítico: uno nunca puede ver la totalidad. Lo que vemos está limitado por nuestras experiencias, nuestras creencias y nuestros supuestos.

Es normal sólo ver parte de la totalidad. El problema surge cuando partimos del supuesto de que vemos la totalidad, como a veces suele sucedernos.

Tomar decisiones, formar conclusiones basadas en el supuesto de que vemos la totalidad, cuando en realidad no es cierto, puede causarnos bastantes problemas y tener una influencia negativa en nuestros resultados.

El pensamiento lateral no niega la validez de los supuestos ni trata de valorar su efectividad. Busca unicamente alternativas a los mismos, sin aspirar siquiera a que dichas alternativas sean mejores. Se intenta sólo reestructurar los supuestos, que, como toda idea y concepto, son sensillamente modelos establecidos cuya validez normalmente se acepta sin objeción ni exámen previo.

En estos tiempos complejos y caóticos, es imprescindible que reconozcamos que lo que nosotros vemos no es todo lo que hay que ver. Nuestra supervivencia depende de ello. Cuando comprendamos que es imposible que una persona vea la totalidad, existirá un entendimiento más amplio de la importancia de incluir a los empleados y trabajar en equipo para solucionar los problemas. No basta con la perspectiva de un solo individuo. La única manera de ver la totalidad es analizando el problema a través de varios individuos.

El pensamiento lateral – Manual de creatividad – Edward De Bono.

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