Podría decir, sin mayor error, que muchas de las actividades que efectuamos, son requeridas por las Agencias, pero también quiero hacer foco en la importancia de las mismas, en el valor agregado que tienen, en los beneficios que aportan a nuestra operación.

La gestión de riesgos (GR), no es la excepción y es más que un simple requisito normativo con el que las empresas farmacéuticas tienen que cumplir. La GR es un proceso de mejora continua. Es una metodología mediante la cual identificamos, analizamos, evaluamos, mitigamos y monitoreamos el riesgo a lo largo del ciclo de vida y es de suma importancia que esté incorporado dentro de la cultura de la empresa.

No solo se trata de tener en la empresa dos personas especialistas en la GR, los operadores, los analistas deben entender los principios de la GR, la idea de ser más proactivos que reactivos, ya que la GR nos da el potencial de reducir la posibilidad de que ocurra un riesgo y su impacto potencial.

¿Qué es la cultura del riesgo y cómo la logramos? y en este punto, quiero dejarles dos preguntas:

¿Estamos trabajando en la identificación del riesgo? y cuando lo identificamos, ¿Nos asusta o lo ignoramos?

El comportamiento frente al riesgo cuando lo identificamos, es una parte fundamental del proceso.

Por supuesto que escondernos o no reconocer el riesgo, dejándo todo como está, no es una posición aceptable.

Una vez que el riesgo es comprendido, es esencial la exploración de mitigaciones para ese riesgo o la formación de una justificación de aceptación del riesgo.

Esos son los dos componentes principales que luego equivalen a construir una cultura de riesgo. Pero un aspecto crítico en este proceso es:

¿De qué forma la Dirección impulsa esta Cultura? ¿Existe una apertura a identificar y hablar sobre el riesgo? ¿O preferiría que siguiéramos adelante, sin pensar en los posibles problemas que podrían surgir?

Una vez que se identifican los riesgos pronosticados, la asignación de recursos donde se necesitan para mitigar esos riesgos también es un desafío.

Es usual la asignación de recursos donde ocurren problemas y debemos tomar acciones correctivas o preventivas, pero cuando se trata de un riesgo potencial, sobrecalificamos: ¿Cuánto dinero debemos invertir en esa acción sino sabemos si realmente va a suceder?

Debemos sentirnos seguros con nuestro proceso y aceptar que identificar el riesgo puede hacernos mejores. Enseñar a nuestros equipos a usar los datos y aprovechar su capacidad para minimizar el riesgo son factores para fomentar la cultura del riesgo.

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